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Entrevista. Antonio Núñez: «El Real Madrid es capaz de ganar jugando mal»

En el verano de 2004, Antonio Núñez (Madrid, 1979) recibió una muy mala noticia. Emilio Butragueño, que ya estaba ejerciendo como director deportivo del Real Madrid, cargo que desempeñó hasta 2006, le desveló que José Antonio Camacho no contaba con él para la próxima temporada. Poco después recibió una llamada de su representante, Petón: «¿Te apetece ir a Liverpool?». Parpadeó y ya entrenaba a las órdenes de Rafa Benítez en Melwood. «Lo asumo como algo normal, pero a veces sí que me paro a pensar en la dimensión de dos clubes como Real Madrid y Liverpool», descubre Núñez. El madrileño atiende a Migrantes del Balón para recordar su paso por ambas entidades, que el próximo domingo se medirán en la final de la Champions League.
Entrevista publicada originalmente en mayo de 2022, antes de la final de la Champions entre Liverpool y Real Madrid.
PREGUNTA: Ha jugado en Real Madrid y Liverpool, ¿se siente un afortunado?
RESPUESTA: Lo asumo como algo normal, pero a veces sí que me paro a pensar en la dimensión de dos clubes como Real Madrid y Liverpool. Es un orgullo haber participado en una de las Champions del Liverpool y me alegraría que sumaran otra más porque es un club que estuvo muchos años alejado de la élite y que siga demostrando su importancia en Europa me alegraría mucho. El Madrid tiene en su mano seguir agrandando su leyenda. Es muy superior a cualquier otro club en cuanto a Champions y, si ganan, estaré más contento todavía porque fue mi primer gran club. Soy madridista desde niño. Es el equipo de mi vida. Le he cogido cariño a ambos clubes, pero nunca dejé de ser del Madrid.
¿Echa de menos jugar al fútbol?
Cuando jugaba creía que iba a echar mucho más de menos el fútbol. Ahora disfruto de cosas que antes no tenía como el tiempo. Es verdad que el futbolista entrena unas horitas y tiene el resto de día libre, pero no tienes tiempo para irte de viaje o hacer otras cosas con la familia. Tienes que estar siempre en el mismo lugar, con una rutina de entrenamientos, cuidándote al máximo… Ahora aprovechas para disfrutar de esas cosas que antes no se podía.
¿El fútbol actual es menos emocionante que cuando usted jugaba?
Antes se veían más partidos abiertos en los que el resultado variaba mucho. No todos eran así. También había castañas. Pero cada vez hay menos de esos. Se tiene muy estudiado al rival y todos los equipos tienden a jugar de la misma manera. Se ve menos al jugador talentoso capaz de desequilibrar, romper líneas… El jugador se ciñe a lo que le dice el entrenador y eso limita la creatividad. Por eso se hacen más aburridos los partidos.
Su nombre figura en la historia del Liverpool. Es el único jugador del club que ha marcado su único gol en una final, la de la Copa de la Liga ante el Chelsea.
Eso es, estoy en la historia del Liverpool porque soy el único jugador que ha metido su único gol en una final. Es una estadística un poco rebuscada pero bueno, es una estadística. Lo recuerdo como un momento muy especial porque fue mi primer gol con el Liverpool, en una final, encima contra el Chelsea… Era un partido muy importante en un estadio muy impresionante. Fue un momento muy bonito, pero no sirvió para la victoria. Fue un partido muy intenso. Terminó con una gran decepción porque has perdido una final, pero me quedo con el bonito recuerdo del gol.
¿Jugar en un club como el Liverpool marca especialmente?
El Liverpool es un club que marca. No creo que haya muchos jugadores que hayan pasado por el Liverpool y no digan que les ha marcado en su carrera y en su vida. En Liverpool se juntan muchas cosas. No solamente el club, su tradición o el respeto que tienen por el jugador. En la ciudad se vive el fútbol de una manera muy especial. El ambiente de Anfield es único. He tenido la suerte de vivir muchos ambientes en muchos estadios y el de Anfield es único. Hay que vivirlo para sentirlo. Hay gente que dice que lo ve por televisión y le parece increíble. Pues si le parece increíble por televisión imagina cómo es realmente. Todo eso hace que sea un club que marca. Aquella temporada pasó algo tan grande como ganar una Champions y ese 2005 se recuerda como algo muy especial. Fue una época muy bonita y muy especial en mi vida.
Usted siempre fue madridista.
Era y sigo siendo madridista. Lo soy desde niño. Iba todos los domingos al Bernabéu, soy socio del Madrid y nunca he dejado de ser madridista.
¿Y cómo es que el club de su vida quiera ficharle?
Yo creo que todo el mundo tiene el sueño de jugar en el Real Madrid, pero los que somos madridistas todavía más. Se dieron muchas circunstancia para que yo acabara jugando allí. Jugaba en Tercera en Las Rozas, nos metimos en ‘play-off’, me salió un buen ‘play-off’ y se interesaron varios equipos. Cuando se interesaron varios clubes importantes el Real Madrid se enteró. Es verdad que yo la oferta que tenía en el Celta era quedarme directamente y el Madrid me ofreció hacer la pretemporada sin ficha para ver si convencía al entrenador, que era López Caro. Pero hice una apuesta por el Madrid y no me arrepiento. Me quedé allí y pude vivir lo que es vestirme de blanco que era mi sueño de siempre.
«En el Real Madrid de los ‘Galácticos’ más que sentirte en un equipo de fútbol te sentías una estrella de rock»
Tras dos años estuvo cerca de salir, pero entonces Valdano le dijo que subía al primer equipo.
Después de dos años en el Castilla tenía opciones de salir a algún club importante, pero estaba deseando quedarme en el Madrid. Cuando Valdano me dijo que me iba a quedar estaba súper contento. Y eso que iba a cobrar cuatro veces menos que si me hubiera ido. Mi representante, que era Petón, un Atlético reconocido, me dijo: ‘Lo que mas me fastidia es que estoy seguro de que estás súper contento de quedarte en el Madrid’. Le dije: ‘Efectivamente’. Iba a ganar mucho menos, y él también iba a ganar mucho menos, pero estaba encantado. Esos momentos se te quedan grabados para siempre.
¿Qué se le pasó por la cabeza cuando llegó por primera vez al vestuario de los ‘Galácticos’? Allí estaban Raúl, Beckham, Figo, Ronaldo…
Había algunos jugadores como Aranda, Raúl Bravo, Portillo, Miñambres o Rubén que sí tenían experiencia con el primer equipo, pero yo ni había debutado ni tenía experiencia. Di el salto directamente al primer equipo sin haber debutado con el equipo y ese primer día en el vestuario para mi fue muy impactante. Recuerdo cuando entré al vestuario, llegué el primero como es normal, me senté e iba viendo entrar a los jugadores. Estaba alucinando… Ves a tu lado a Beckham, a Ronaldo o a Zidane… Para mí fue un cambio muy brusco. Jugaba en Tercera con las Rozas y de repente estaba entrenando y jugando con los que veía por televisión años atrás. Imagínate.
Es que era un vestuario único. Repleto de súper estrellas.
Aquel año con el primer equipo es la temporada en la que menos he sentido que estaba en un equipo de fútbol. No era el ambiente normal de un equipo de fútbol. Eran estrellas y allá donde íbamos íbamos como estrellas. Recibimientos increíbles, todo el mundo por la calle gritando… Y no solo en Madrid. Ibas a Murcia y entre el hotel y el estadio había un pasillo de gente gritando. Más que sentirte en un equipo de fútbol te sentías una estrella de rock. Alguna vez te llevabas un golpe de los cámaras que iban siguiendo a Beckham. Pero personalmente me sorprendí por lo humildes que eran. Beckham era una estrella futbolística y mediática y en las distancias cortas era muy humilde y súper simpático. Como Zidane, como Ronaldo… Me quedé sorprendido por lo cercanos que eran.
Tendrá mil anécdotas de aquella temporada.
Cuando me preguntan sobre anécdotas de esa temporada, lo que me viene siempre a la mente es el cumpleaños de Ronaldo. Es donde se lio. Borja y yo íbamos en el mismo coche. Acabábamos de subir al Primer equipo y no éramos famosos. Pero nos invitó a todos. Fuimos en el coche de Borja a la dirección que nos había dado, pero no sabíamos que había una entrada trasera por donde habían entrado todos los demás para no salir en la televisión, porque estaban allí todas las televisiones. Todos los programas del corazón estaban en la puerta. Como no les quedaban más imágenes que la mía con Borja estuvimos en todos los programas de corazón. Parecía que éramos los protagonistas y fuimos los primeros en irse. La fiesta fue divertida, la verdad. Estaba Rivaldo, Djalminha, Dida… Había muchísimas estrellas y es un recuerdo para guardar en toda la vida.
¿Impresiona jugar en el Bernabéu?
El Bernabéu impresiona mucho. Yo siempre me quedé con la espinita clavada de que me impresionara demasiado. No tuve la capacidad que tuvieron otros compañeros canteranos de abstraerse de lo que suponía estar jugando en el Bernabéu y ser yo mismo. Jugar más tranquilo. Mi cambio fue muy rápido y me costó adaptarme. Me faltó calma para sacar todo lo que tenía dentro, pero es que no solo son importantes las facultades físicas y técnicas, también debes estar mentalmente preparado para lidiar con esas situaciones. Es un estadio increíble. Antes de la pandemia volví para jugar con los veteranos el ‘Corazón Clasic Match’. Volví después de muchos años y al verme otra vez allí me vinieron un montón de recuerdos. Ese partido sí que lo disfruté. Disfruté viendo esas gradas tan impresionantes. Es un escenario único en el mundo.
¿Cómo le dijo el Real Madrid que ya no estaba en sus planes?
Estábamos de pretemporada en Jerez y Butragueño me llamó para comentarme la decisión que había tomado Camacho de no contar conmigo para la próxima temporada. Estaba muy triste y pasé unos días malos, pero la tristeza se acabó cuando Petón me dijo que podía ir al Liverpool. Saber que te vas a un club como el Liverpool te hace pasar página. En el fútbol tienes que pasar página muchas veces, no te puedes aferrar a nada. En cualquier momento tienes que buscar otro camino y es algo que asumes cada vez mejor. Es una circunstancia del fútbol y ya está.
Lo tenía hecho con el Mallorca cuando le llamó Petón.
Así es, lo tenía todo hablado para ir al Mallorca. Como no contaban conmigo no iba convocado y estaba comentando en la radio un partido del Real Madrid de la previa de la Champions. Estando en la cabina me llamo mi representante, Petón, y me preguntó: ‘¿Te apetece ir a Liverpool?’. Me dijo que estaba hecho y le dije que sí. En dos días ya estaba en Liverpool.
Entonces estaba comentando la Champions que iba a ganar.
Exactamente.
¿Cómo fue la primera conversación con Rafa Benítez?
La primera conversación con Rafa fue esa misma noche. Primero me llamó Petón y estando ya en casa me llamó Rafa. Fue una conversación que recuerdo porque no le conocía personalmente, pero había trabajado en el Madrid y tenía muy controlados a todos los jugadores de la cantera. Me hizo muchas preguntas para hacerse una idea de cómo era yo como persona. Es un entrenador que tiene muy en cuenta esos detalles. Si tienes mujer quiere saber cómo es para saber si le va a gustar estar en Liverpool o si se va a querer volver en dos meses. Quiere saber todos los detalles para tener controlado todo lo que pueda. Es una persona que es su forma de trabajar, intentar tener todo bajo control. Me hizo muchas preguntas para conocerme personalmente. Llegué el segundo a Liverpool. Después de Josemi. Recuerdo el primer entrenamiento cuando me vio. No le conocía personalmente, pero fue verme llegar y se vino hacía mí con una felicidad tremenda. Llevaba allí un mes sin entender a nadie y le dio mucha alegría que llegara otro español. Dos semanas más tarde llegaron Xabi Alonso y Luis García. En enero se unió Morientes. Hicimos un gran grupo y tengo buenos recuerdos de los ratos que echamos.

Xabi Alonso, Luis García y Antonio Núñez, durante su etapa en el Liverpool | AN
Usted no tuvo mucha suerte. Se lesionó al poco de llegar.
Hay años que la suerte está de tu lado y otros que la tienes en contra. Siento que aquel año no tuve la suerte de cara. En el segundo entrenamiento tuve una luxación de la rótula y estuve como tres meses y medio o cuatro meses para poder debutar. Debuté en noviembre y, pero por la lesión perdí musculatura y ponerte al ritmo de los demás cesta. No terminas de estar a tu nivel. Deportivamente no estuve al nivel que podía haber estado, pero las cosas son como son.
Todo el mundo recuerda la final ante el Milan, pero pocos se acuerdan de que estuvieron cerca de quedar eliminados en la fase de grupos. Además, en aquel crucial partido ante el Olympiacos fue titular. Fue su debut en Champions.
No había jugado nunca en Champions y fui titular aquel día, que nos lo jugábamos todo. Estaba pensando que igual no debutaba en Champions nunca porque con el Madrid ya había ido convocado pero no había jugado. Tengo muchos recuerdos de aquel partido frente a Olympiacos porque teníamos que ganar de dos goles y empezamos perdiendo por un gol que aparentemente es culpa mía. Hablando en el vestuario el portero, Kirkland, le había dicho a Rafa que no veía bien con las barreras, que si podía abrirse un poco para ver bien el balón. Rafa me dijo que antes del golpeo me abriera un poco para que Kirkland viera el balón. Va a tirar Rivaldo la falta, me ladeo y el balón pasa justo por el hueco que había dejado. En la repetición se ve perfectamente como yo me abro y el balón pasa por ahí y es gol. Estaba cumpliendo órdenes, pero para todo el mundo es culpa mía. Afortunadamente se remontó el partido y estuve a punto de marcar. El 2-1 de Mellor fue tras un remate mío y luego Gerrard hizo el 3-1 con un golazo increíble. Es algo que recordaré toda la vida. Fue apoteósico.
¿Cómo fue jugar junto a Gerrard?
Gerrard es uno de los mejores futbolistas con los que he jugado. Y es decir mucho porque he jugado con los mejores. Para mí, es el jugador más completo que he visto en mi vida. He visto de cerca a los ‘Galácticos’, que eran artistas y tenían un talento individual espectacular, pero Gerrard, aparte de tener esa técnica, lo era todo. Era el alma del equipo, tiraba del carro, estaba en cualquier sitio del campo en cualquier momento, el despliegue físico que tenía era alucinante, en el juego aéreo era tremendo, al choque iba con mucha intensidad… Tenía todas las facetas de un gran futbolista. No le faltaba de nada. Para mí, un jugador único. Un fuera de serie. cuando se habló de él para el Madrid me parecía un acierto.
En semifinales derrotaron al Liverpool con un gol fantasma de Luis García. Difícil saber si aquel balón llegó a entrar.
No sé, por más que veo la repetición, nunca lo llego a ver dentro del todo… A Luis le gusta mucho recordar ese gol fantasma. De hecho en el aniversario se disfraza de fantasma. A ver, es un gol que los del Chelsea tienen clavado para toda la vida. Y es normal. De esas hemos visto 50.000 en el fútbol. No había VAR y las imágenes no son claras. No se ve dentro, pero tampoco está del todo fuera.
No eran favoritos en aquella final ante el Milan. De hecho, los italianos tenían un equipazo.
El Milan era un autentico equipazo y nosotros estábamos ahí de manera inesperada. Nadie contaba con nosotros para estar en la final, y mucho menos para ganarla. Hicimos una buena Champions y nos colamos en la final, pero el claro favorito era el Milan. Llegaban con un poco más de confianza que nosotros, que llegamos con la ilusión del que no es favorito y lo va a dar todo. Los entrenamientos previos a la final eran increíbles porque se palpaba una ilusión tremenda. Se notaba que el día a día no era normal, todo era diferente al resto del año. Esos nervios por entrar en la convocatoria… Fue diferente. No habíamos hecho una buena temporada en la Premier. Quedamos quintos y no entramos en Champions, así que lo apostamos todo a esa final. La ilusión era máxima.
«Es que la afición del Liverpool te levantaba. Recuerdo muchos partidos en Anfield que íbamos perdiendo y tener la sensación de culpabilidad»
Lo apostaron todo, pero se fueron al descanso perdiendo 3-0. Entiendo que se marchó al vestuario hundido.
Lógicamente, cuando vas perdiendo 3-0 al descanso la sensación es que tienes el partido perdido. Esa es la sensación que tiene todo el mundo. Pero cuando entramos al vestuario, yo por lo menos, pasé de sentir que había perdido la final de la Champions a creer que se podía ganar. No es que fuera un discurso épico ni unas palabras mágicas, pero vi que el míster tenía confianza en que lo podíamos levantar. Hizo unos cambios tácticos, habló con mucha tranquilidad… Es que no había nadie cabizbajo, todo el mundo estaba con ganas de levantarlo y eso se contagia. Saltamos al segundo tiempo convencidos de que tenía remedio. Y creo que en el vestuario rival pasó lo contrario. Oíamos mucha algarabía. Creo que ya estaban celebrando que habían ganado la Champions. Luego todo se dio como se dio. Marcamos pronto… Cada gol te anima más y a ellos cada gol les mete más presión porque lo tenían hecho. Todo cambia más rápido de lo que te imaginas.
Josemi comentó que fue crucial que la afición no dejara de animar con el 3-0.
Es que la afición del Liverpool te levantaba. Recuerdo muchos partidos en Anfield que íbamos perdiendo y tener la sensación de culpabilidad. Pensaba: ‘¿No vamos a ganar este partido viendo como anima esta gente? Lo están dando todo por nosotros. Esto tenemos que sacarlo como sea’. Y en la final pasó lo mismo. Si ellos confiaban teníamos que lucharlo hasta el final. Es una afición muy especial.
Los tres goles llegaron en seis minutos. ¿Cómo los viviste?
Josemi y yo estuvimos calentando toda la segunda parte y estábamos en la banda. Nos íbamos cruzando y nos poníamos caras. Después del primer gol nos miramos, pero después del segundo empezamos a reírnos. Pensábamos: ‘A ver si al final vamos a remontar esto’. Nos pusimos a un gol y quedaba media hora, estábamos metidísimos en el partido. Y para el Milan fue muy duro porque se veían campeones. Encima notábamos que los que estaban jugando se lo creían y se veía que íbamos a acabar empatando.
¿Pensó en que igual le tocaba tirar un penalti?
A partir del 3-3 solo pensaba en una posible tanda de penaltis. No sé cómo tiene que ser la sensación de estar delante del balón para tirar un penalti en la final de la Champions si solo de pensar que me podía tocar tenía el corazón a mil. Había jugadores muy experimentados con títulos importantes a sus espaldas y vi en su cara que la situación era muy tensa. Al final salió Cissé. Por un lado estaba fastidiado por no poder jugar, pero por otro aliviado. El penalti no lo iba a fallar. Eso seguro. Me consolé ganándola, que era lo realmente importante.
¿Cómo lo celebraron?
Te puedes imaginar… En el campo fue una locura y en el hotel de Estambul se hizo una pequeña fiesta. Nos quedamos los españoles los últimos, pero lo más bonito fue al llegar a Liverpool. Dar vueltas por la ciudad con el autobús descapotable… Liverpool tenía 500.000 habitantes y dijeron que había un millón de personas en la calle. Recuerdo el techo de la estación repleto de gente… Fue un momento muy bonito.
¿Dónde tiene la medalla de campeón?
Me muevo mucho y la llevo siempre conmigo. Y eso que muchas veces en reuniones con amigos se la pone todo el mundo y va rulando por ahí. Se la ha puesto mucha gente y está hasta mellada, pero intento no separarme mucho de ella.

Josemi, Luis García, Antonio Núñez, Fernando Morientes y Xabi Alonso celebrando la Champions que ganó el Liverpool en 2005 | AN
Lo disfrutó, y eso que Rafa ya le había comentado que no contaba con usted para la próxima temporada.
No me dijo eso exactamente, pero sí que antes de empezar la celebración me dijo que me pasara por la oficina al día siguiente. A buen entendedor, pocas palabras bastan. En ese momento me dolió, pero era la celebración de la Champions y la disfruté al máximo. Pensé: ‘Mañana será otro día’. A pesar de eso no lo pude celebrar más.
Mal ‘timing’ de Rafa…
Rafa tiene muchísimas cosas buenas como entrenador, pero ese podría ser un déficit. Le falta mano izquierda con el jugador, tener un trato algo más humano. Sé que le ha pasado a otros jugadores y ese era un aspecto a mejorar. Igual lo ha mejorado ya porque han pasado muchos años. Tenía la ilusión de poder empezar de cero, hacer una temporada sin estar lastrado por una lesión, pero en estos clubes no tienes una segunda oportunidad. O estas al máximo o buscan a otro.
«El Real Madrid es capaz de ganar jugando mal y lo ha demostrado muchas veces»
Por cómo ha sido esta Champions, muchos aficionados del Real Madrid firmarían ganar como lo hizo el Liverpool en 2005.
Estoy seguro de que muchos firmarían ese guion. Aquel partido fue digno del Real Madrid de esta temporada.
¿Qué espera que pase en la final del domingo?
Es de los partidos más difíciles de pronosticar que recuerdo. El Liverpool tiene las ideas más claras, es más constante y ha hecho mejor las cosas esta temporada, pero el Real Madrid le puede ganar a cualquiera en cualquier situación. Es capaz de ganar jugando mal y lo ha demostrado muchas veces. No sé lo que va a pasar, pero me gustaría que ganara el Real Madrid. Un 2-1 en el 95′ me sirve.
Entrevista publicada originalmente en mayo de 2022, antes de la final de la Champions entre Liverpool y Real Madrid.