Españoles por el mundo
Beto Bianchi: “Es triste que te valoren más a miles de kilómetros de tu propia casa”
Conocido en el mundo del fútbol como Beto Bianchi, tiene 49 años y nació en Itatiba (Sao Paulo). Y no, no crea que se ha equivocado de web, sigue navegando por ‘Españoles por el Mundo: Migrantes del Balón’. Verá: Beto Bianchi es hijo de padres brasileños, pero durante su estancia en nuestro país contrajo matrimonio con una española. Beto obtuvo la doble nacionalidad y, desde entonces, lleva las banderas de Brasil y España por todo el mundo. Su amor por el fútbol le ha llevado a viajar por países como China –en su etapa como jugador-, Bélgica, Indonesia o Jordania –ya como técnico-, siendo Angola su última parada, donde entrena al Petros de Luanda a 5 500 kilómetros de su hogar en España: Bullas.
Beto afirma estar en Angola “porque ha surgido un proyecto interesante “, el cual ha aceptado con mucha ilusión. Su relación con el fútbol se remonta a las categorías inferiores del Guaraní FC de Campinas (Brasil), la cual era, por aquel entonces, una de las mejores canteras del fútbol brasileño.
Su paso por los banquillos españoles
Desde 2004 hasta 2010 vivió una época como entrenador en España. Afirma dedicar sus mejores recuerdos al Ciudad de Murcia, debido a los ascensos que cosechó el equipo. No olvida tampoco su paso por el Lorca Deportiva, del que destaca “su buena afición e instalaciones” y afirma que “debería tener un equipo en la Liga Adelante”.
“Es triste que te valoren más tanto deportiva como económicamente a miles de kilómetros de tu propia casa”
Tras Lorca, Indonesia
“Fue la propia federación la que me llamó para iniciar un proyecto allí (Indonesia)”, recuerda Bianchi, quien rememora aquellos tres años en Indonesia como muy productivos en cuanto a aprendizaje. Afirma que nunca olvidará su trabajo con el staff técnico de la selección nacional ni cuando fue nombrado para ser el seleccionador del combinado nacional Sub23.
Por increíble que parezca, Beto nos comenta que los únicos problemas extradeportivos que ha tenido se han producido en España y Bélgica, precisamente los países menos exóticos en los que ha entrenado y en los que el fútbol se encuentra en un estado de desarrollo más avanzado. En Bélgica, incluso, aún le deben dinero. Ver para creer.
Beto nos cuenta que está cansado de tener que estar continuamente fuera de casa para poder cumplir el sueño de entrenar: “Es duro estar seis años trabajando fuera, adquiriendo una experiencia al alcance de muy pocos, y que en España no aparezca ningún proyecto”, nos confiesa. Para Bianchi, el currículum ha quedado en un segundo plano: “Lo importante es si tú entras en la rueda de la mafia que forman empresarios, agentes, secretarios técnicos… Si no piensas como ellos eres un estorbo para el negocio. Todos lo sabemos, pero somos pocos los que hablamos claro”, concluye. Nos confiesa que es una pena que el fútbol esté en manos de ese tipo de gente.
“El Petros me ha fichado para conseguir algún título esta temporada”
Su ultima parada: el Petros de Luanda
“Nuestro objetivo es conseguir algún título esta temporada (liga o copa), para eso me han fichado”, nos comenta Beto. El Atlético Petros de Luanda es un club histórico en Angola. Tiene 15 títulos de liga y ya son seis los años sin alzarse campeón. “No será fácil”, aclara, “porque como mínimo hay otros cuatro clubes muy potentes en el país”, sostiene.
Le preguntamos por el nivel del fútbol africano: “En el apartado táctico es donde tenemos que hacer mayor insistencia, es el mayor problema del jugador africano. En cuanto al nivel técnico, los jugadores me han sorprendido muy gratamente”, presume. El Atlético Petros de Luanda abastece con tres jugadores a la selección nacional, e incluso cuentan con varios componentes habituales en la Sub23, lo que le ayuda en su lucha por jugar bien al fútbol: “Aquí no solo hay que ganar, también hay que convencer jugando”, admite.
Bianchi afirma que el Petros de Luanda, salvando las distancias, correspondería a Madrid o Barcelona en España: “Lógicamente no se puede comparar con los grandes clubes de España, pero sí que me atrevo a decir que en cuanto a número de aficionados o estatus del club aquí sí que podría superar a algún equipo de la Liga BBVA”, nos descubre. “Nuestros aficionados viven el fútbol muy intensamente, somos el club con más afición del país”, revela. Son ya seis años sin salir campeones de Angola, y algunos aficionados han dejado de ir al estadio, pero “si el equipo está arriba solemos llenar el campo. Sobre todo en el derbi, ante el 1º de Agosto”, cuenta.
El club no solo vive del fútbol profesional, su sección de baloncesto salió campeona de África y también cuentan con un apartado dedicado al balonmano. El estadio del equipo que entrena Beto Bianchi tiene capacidad para 50.000 personas y el club, además, cuenta con grandes instalaciones para realizar los entrenamientos: “Tenemos dos campos de fútbol 11 en perfectas condiciones, uno de césped artificial y otro natural”, concluye.
“Con una mirada el jugador sabe lo que quieres o lo que piensas en cada momento”
Afirma creer haberlo visto todo en Indonesia hasta que llegó a Angola. En cuanto a lo que más le ha sorprendido del país africano, nos revela que “los jugadores creen en los brujos para ganar un partido, incluso para curar lesiones, por muy graves que sean”. “Hay que respetarlos”, completa, “porque forma parte de su cultura”.
Los negocios relacionados con el petróleo mueven mucho dinero en Luanda, Beto nos cuenta que el centro de esta capital parece “¡la ciudad más cara del mundo!”. “Es un país muy acogedor, pero existen muchos contrastes entre la riqueza y la pobreza”, relata.
Los angoleños “viven a su manera”. Afirma que la gente, en Angola, se toma la vida con calma, pero “poco a poco estoy contagiando a mis jugadores de que vivan los entrenamientos con más vida”, confiesa. Bianchi se siente como en casa debido a que Angola tiene muchas semejanzas con su Brasil natal: “La comida es estupenda, muy parecida a la brasileña: churrasco, arroz blanco, y mucho pescado fresco. Angola es todo playa”, apunta.
Los problemas del fútbol africano
Nuestro entrevistado nos descubre que el objetivo de los clubes africanos es “fabricar jugadores para venderlos a los grandes clubes del fútbol mundial”, y hay quien aprovecha esto para obtener beneficios de manera ilegal, “como trucar las edades de los chicos de las bases”. Es algo que todos conocen, y afirma ser ese el motivo por el que muchas selecciones base ganan títulos mundiales. Nos confiesa que el jugador africano tiene “mucha calidad y un poderío físico innato” y sentencia que, cuando este sea disciplinado tácticamente, no hará falta falsificar la edad de los jóvenes y se atreve a augurar que serán “una potencia mundial en el fútbol”.
Simplemente Beto
Cuando le preguntamos cómo se definiría como entrenador fue contundente: “Simplemente Beto, ni un Guardiola ni un Mourinho”, completó. “Tengo una personalidad y un carácter muy fáciles de detectar, así como las ideas muy claras y definidas”, declara. Afirma que su modo de trabajar no es muy distinto al que pueda tener un entrenador de élite, aunque manifiesta que lo único importante es dar resultados a lo largo de la temporada.
Le preguntamos por los retos que se propone como técnico, y nos confiesa que la excelencia como entrenador nunca llega “porque cada día se aprende algo nuevo”. Nos revela, cuando sacamos el tema de cómo gestionar un vestuario, que ha entrenado grupos con culturas diferentes, lo que ha sido “un factor muy importante” para su crecimiento como entrenador. “Intento conocer la cultura del país para entender las peculiaridades de cada vestuario”, admite.
“En España piensan que uno tiene que pagar para entrenar”
La comunicación es capital en un vestuario, pero Beto cuenta que el lenguaje del fútbol es el mismo estés donde estés: “Tras la convivencia diaria, con una mirada el jugador sabe lo que quieres o lo que piensas en cada momento”, relata. Ahora, en Angola, tiene la suerte de comunicarse con su idioma natal: el portugués.
“Creemos que el fútbol solo existe en Europa, pero en todos los países en los que he trabajado me he llevado una grata impresión. Hay mucha calidad fuera”, manifiesta. Más tarde nos aclara que, tácticamente, sí que están “muy atrasados” en relación a Europa.
El entrenador del Petros nos cuenta que, si no fuera por el fútbol, no habría conocido tantos países. Cree que es indispensable vivir en un país durante un tiempo para conocer sus costumbres, su gente y sus inquietudes: “Una cosa es ir de turismo, otra es convivir día a día con ellos. Me siento un privilegiado en ese sentido, porque esa vivencia no está al alcance de muchos”, reconoce. Piensa que no hay dinero que pague lo que ha vivido gracias a su trabajo: “Hay miles de situaciones que te hacen ser más persona, y aprendes a valorar la vida y las cosas que para ti antes eran insignificantes”, confiesa.
Los viajes, mejor solo
El entrenador hispano brasileño nos cuenta que viaja solo, sin cuerpo técnico “porque es una gran responsabilidad llevar a alguien y que la cosa no salga como se espera”. Confiesa que es difícil estar lejos de su familia, a pesar de que le han visitado en todos sus destinos, pero afirma hacer esto por ellos, “para darles unas mejores condiciones de vida”.
Beto nos cuenta que está cansado de tener que estar continuamente fuera de casa para poder cumplir el sueño de entrenar: “Es duro estar seis años trabajando fuera, adquiriendo una experiencia al alcance de muy pocos, y que en España no aparezca ningún proyecto”, nos confiesa. Para Bianchi, el currículo ha quedado en un segundo plano: “Lo importante es si tú entras en la rueda de la mafia que forman empresarios, agentes, secretarios técnicos… Si no piensas como ellos eres un estorbo para el negocio. Todos lo sabemos, pero somos pocos los que hablamos claro”, concluye. Nos confiesa que es una pena que el fútbol esté en manos de esta gente.
Para concluir, Beto denuncia la situación que ha vivido en España y afirma que ninguna de las ofertas que ha recibido del extranjero se puede comparar con lo que le han ofrecido en nuestro país: “Allí piensan que uno tiene que pagar para entrenar y vienen siempre con el mismo cuento: ‘No pienses en el dinero, haz una inversión en ti mismo. Haz una buena temporada y el próximo año te saldrá algo interesante’. ¿Es que mi trabajo no vale dinero? ¿Acaso no valen dinero los cursos obligatorios para el UEFA Pro? No trabajo en España por esas cosas, hay gente que sí se baja los pantalones para entrenar y eso nos perjudica a los demás. No valoran nuestra profesión”, sentencia.
“Es triste que te valoren más tanto deportiva como económicamente a miles de kilómetros de tu propia casa”, concluye. Beto se pregunta si será por la falta de cultura o conocimiento futbolístico. Afirma que, en España, muchos de los que afirman saber sobre fútbol no conocen lo que existe más allá de sus fronteras. Acaba con una frase: “¿Sabrán ellos de la grandeza de un club como el Atlético Petróleos de Luanda? ¡Creo que no!”
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