Especiales
Gracias por hacernos soñar
Hoy se confirmó lo que llevábamos temiendo días: Michu se retira. El delantero ovetense, de 31 años, se ve obligado a colgar las botas tras no recuperarse de una lesión de tobillo crónica que le lastra desde 2014. Bajarse al barro para jugar en el Langreo fue su refugio antes de regresar como un héroe a Oviedo. Nada fue suficiente para olvidar un dolor que ha acabado arrebatándonos los mejores años de un futbolista especial.
Todos descubrimos a Michu en 2011, cuando con la camiseta del Rayo Vallecano el asturiano se mostró al mundo. 15 goles en la temporada de su debut en Primera División hicieron que la Premier League se lo adjudicara. En las islas británicas, Michu se convirtió en el mejor jugador del mejor Swansea de la historia, marcando 18 goles en 35 partidos de liga y haciendo sonar todas las alarmas: ¿cómo se nos ha podido escapar este tío?
Michu nos hizo soñar. Nos demostró que es posible convertirse en una estrella desde la más absoluta humildad. En su primer año en Inglaterra no es que lo hiciera bien, es que se salió. Literalmente. El delantero debutó en la Premier League con un doblete. Tardó ocho minutos en marcar su primer gol oficial con la camiseta del Swansea. Ocho. No era la referencia del equipo -lo era Graham-, pero pisaba e área como el que más. Su segundo gol fue un escándalo. Al primer toque. Y a la escuadra.
Todos éramos de aquel Swansea, lo que nos llevó a sentir como nuestro el primer trofeo de la historia del club galés. Àngel Rangel, Pablo Hernández, Chico Flores… y Michu. Su gol en la final de la Copa de la Liga ante el Bradford le coronó como un auténtico ídolo. Había nacido una estrella.
Aquella temporada terminó como había empezado: con Michu llevándose la mano a la oreja para celebrar goles. El asturiano finalizó la temporada con 15 dianas y con un título bajo el brazo. Los grandes llamaron a su puerta pero nadie consiguió sacarle de Gales.
Al comienzo de la temporada 2013 llegó la recompensa. Michu fue convocado por la selección española para disputar dos encuentros de la fase de clasificación para el Mundial 2014 frente a Bielorrusia y Georgia. Solo jugó el primer tiempo del primero de los encuentros, pero todos estábamos ya algo más tranquilos. Fue en diciembre del mismo año cuando todo se empezó a torcer. La Navidad se llevó a Michu y no nos lo devolvió jamás. El asturiano jugó de manera ininterrumpida hasta la jornada 16 de la Premier League. Ante el Norwich fue titular, pero tuvo que ser sustituido en el minuto 75.
Desde entonces cinco apariciones esporádicas hasta el final de una temporada que acabó con una cesión a Nápoles. El dolor en su tobillo derecho no remitía, por lo que el delantero decidió cambiar de aires. Liberar su mente para intentar expulsar las pesadillas y volver a soñar. Lo intentó dejando atrás la ciudad que más alto le había visto volar para jugar en Italia. Imposible. Y tras año y medio en blanco Michu regresó a casa.
Michu buscó calmar su dolor con el mejor remedio a todas las enfermedades: la familia. El delantero firmó por el Langreo, de Tercera División española, donde trabajó a las órdenes de su hermano. Convivir con las molestias en su tobillo derecho fue la lección a la que el ovetense tuvo que enfrentarse día a día. Dejar de pensar, aceptar dolor como animal de compañía. Dar un paso hacia atrás para coger impulso y dar dos hacia delante.
En Langreo volvió a marcar mientras decenas de equipos llamaban a su puerta. Michu dijo “no”. No quería engañar a nadie porque él mismo sabía que aún no estaba preparado para dar su mejor nivel. Miguel Pérez Cuesta continuaba buscando a Michu y tras una temporada en Tercera, división en la que ya había jugado con el Oviedo 10 años antes, el delantero resurgió para aceptar el reto de reinventarse. Era el momento de regresar, y en casa le abrieron la puerta.
Michu firmó por el Oviedo. El hijo pródigo ya estaba en casa. Porque el fútbol te da de lado pero la familia nunca te da la espalda. Tras recuperar la confianza en Langreo, el ovetense volvió a casa para intentar llevar al equipo ‘carbayón’ a Primera División. Con el conjunto asturiano debutó en Copa. Y lo hizo de la mejor manera posible: marcando. Dos años después de su último gol con el Swansea, más de 24 meses después de aquella asistencia de Pozuelo, Michu volvió a marcar en el fútbol profesional. Dos tantos que no sirvieron para que el Oviedo ganara la partida al UCAM Murcia, pero poco importaba el resultado. A pesar de arrancar, Michu no logró mantener el ritmo y tan solo logró ver puerta en una ocasión más en su regreso a casa.
Tras casi cuatro años de lucha, Michu dijo basta. Hoy todos despertamos y comprendimos que la mejor versión del ovetense se marchó para siempre. Es momento de dejar de soñar y dar las gracias. Gracias por hacernos creer que nada es imposible. Gracias por tus goles. Gracias por esa celebración tan característica que recordaremos siempre. Gracias por hacernos del Swansea. Gracias por tu sinceridad, por tu honradez y, sobre todo, gracias por intentarlo.
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