Selección española
Marcos Alonso, la estrella que se inventó su camino al éxito

De pelearse por un hueco en los peores equipos de la Premier a ganarse un papel relevante en la selección por aclamación popular. El lateral zurdo se ha erigido como una de las piezas fundamentales del Chelsea y de Luis Enrique.
Era impensable esta evolución. Aquel joven que emigró tan pronto en busca de minutos y que apenas tenía la personalidad para pedir el esférico ni cuando era la mejor opción. No es cuestión de pararse a ver quiénes fueron su padre o su abuelo, Marcos Alonso (Madrid, 1990) ha ido paso a paso creciendo sin que nadie le pidiera referencias. Hasta el punto de ser un perfil tan especial que merezca la pena pararse a entender en qué momento un lateral izquierdo puede ser el arma de Maurizio Sarri para pasar por encima de todo y todos.
Parece que ha pasado una eternidad cuando aquel joven Marcos Alonso llegaba a la Premier. Ganándose minutos en la zona baja acabó por curtirse como un elemento más sólido atrás que firme arriba. Esa experiencia en un entorno donde el cero en la meta suponía oro le dio un aprendizaje necesario. La evolución ha sido tan inesperada que de aquel correoso lateral que subía sin brillo ha pasado a ser el defensor que más influencia ofensiva tiene en la Premier. En la zona baja de la máxima categoría del fútbol inglés se acostumbró a vivir en el filo de la navaja, su paso por Italia le dio el salto técnico en campo rival y táctico para comenzar a atacar sin miedo y el fichaje por el Chelsea le dio la confianza para ser la estrella que es hoy en día.
El estado de forma de Marcos Alonso obliga a correr ciertos riesgos para potenciar sus virtudes. Ahora mismo, tener al lateral español en campo rival es comprar más números de la lotería que el resto. Por eso se entiende que el Chelsea ataque el 40% de las veces por su costado, permitiéndose el lujo de que Hazard ya se olvide de la banda. Esa capacidad para inclinar el campo destroza al rival: el rival ya no sólo tiene que mandar a un jugador a tapar al 10 belga, necesita cerrar el camino de Marcos Alonso. Al final esa potencia y solvencia en campo rival hace que merezca la pena ceder metros a su espalda, por ello David Luiz, sin ser un defensa brillante, se ha convertido en un fijo por su capacidad se cubrir más metros a la espalda del español.
Pero cómo ha llegado Marcos Alonso a ser una estrella
Antonio Conte revolucionó la Premier con un 3-4-2-1. El denominador común de su proyecto ganador fue el físico. Futbolistas como Moses, Kanté o Cahill se asentaron en el once por ese aspecto. Y sí, Marcos Alonso encaja en ese perfil tan físico por altura y resistencia. El paso llegó cuando por derecha el Chelsea no producía tanto ya que Moses-Pedro se quedaban a años luz del talento esperado en un candidato a todo. Hazard amasaba el balón y Marcos Alonso le daba opciones rompiendo. Tan evidente era la capacidad de Marcos Alonso por arriba, con disparo de lejos -este año promedia 3 tiros por cada 90 minutos su mejor marca- y con ese poderío físico en el área que hasta un entrenador que corría pocos riesgos fue soltando la correa sabiendo que Kanté, primero, y la línea de tres atrás, después, debían repartirse la espalda del español. Pero tampoco hacía falta. Ha madurado, midiendo cuándo y dónde aparecer corrigiendo problemas para su equipo. Así fue como Marcos Alonso fue sumando acciones y experiencia. Y no sólo eso, si no que fue aprendiendo a posicionarse sin balón, a cortar sin balón no sólo por fuera como un lateral al uso si no incorporándose al área y sumando momentos decisivos como uno de los futbolistas con más empuje.
El estrellato y la llegada de Sarri
Marcos Alonso ya era decisivo pero el nuevo entrenador del Chelsea era el perfil que necesitaban tanto el español como Hazard. Esa banda izquierda, más teórica que efectiva ya que Hazard le ha cedido esa parcela al lateral, es la gran fortaleza del Chelsea. Todavía les queda mucho trabajo en Stamford Bridge pero los ‘blues’ saben que en Eden Hazard-Marcos Alonso tienen el mejor argumento para aspirar a competir por todo.
Esas sensaciones se evidencian si atendemos a lo que genera Marcos Alonso: con la tecnología de Goles Esperados (Expected Goals) y Asistencias Esperadas (Expected Assists) estamos viendo que la temporada de Marcos Alonso está fuera de todo parámetro previo. El cambio de entrenador no le ha hecho cambiar si no que le está aprovechando mejor. El propio jugador reconoce estar “igual o más cómodo con el cambio a defensa de cuatro” y esa ayuda extra en banda al pasar del 3-4-2-1 de Conte al 4-3-3 de Sarri le está convirtiendo en el jugador más relevante del Chelsea en estas primeras jornadas: un gol, dos penaltis provocados, dos pases de gol y la jugada que acabó en el 1-2 contra el Newcastle. Ya no es sólo los tantos que provoca sino los momentos decisivos. Un jugador total que ahora mismo está descubriendo nuevos límites a su potencial.
Marcos Alonso y la selección española
Era tan evidente lo merecida de su convocatoria y la difícil explicación de escoger antes a Nacho Monreal que la presencia de Marcos Alonso ha apagado el incendio Luis Enrique–Jordi Alba. El del Chelsea aporta disparo desde fuera, un punto más físico y más gol. Si bien Jordi Alba lleva muchos años de experiencia demostrada en el juego de posición, Alonso sí mejora el juego aéreo y la capacidad rematadora en un bloque donde no se suelen aprovechar todas las opciones de finalizar. Además de poder crear un paralelismo del Alonso-Hazard de Londres a un hipotético Alonso-Isco con el combinado nacional.
Marcos Alonso aún tiene que crecer -más y más- pero es el premio a una evolución continuada y que se está confirmando ahora sí con un entrenador que ha entendido su potencial y los riesgos que merece la pena correr para que él decida. Un perfil distinto al resto de laterales del mundo y un talento especial que ya reclamaba su hueco con la selección desde hace tiempo.