Españoles por el mundo
Òscar García, el Guardiola terrenal
La etapa de Òscar García en Austria ha durado menos de lo esperado debido a la buena actuación del español en el banquillo del Red Bull Salzburgo. En año y medio, el catalán ha conseguido dos dobletes -Liga y Copa-. García llegó en diciembre de 2015 para coger a un equipo que había perdido la identidad que le había caracterizado años atrás.
El RB Salzburgo de García ha tenido que reinventarse en cada mercado de fichajes ya que desde Leipzig se fueron llevando a sus mejores jugadores: Keita, Bernardo, Upamecano… También tuvo que hacer frente a la pérdida de Hinteregger, que fichó por el Leverkusen, y de Jonathan Soraino, quien puso rumbo a la Superliga china. A pesar de ello consiguió implantar un estilo en sus jugadores: toque, verticalidad y definición. No por casualidad su equipo fue el que más goles marcó en las dos últimas Bundesligas de Austria.
Cuando Òscar García llegó a Salzburgo, el equipo tenía muy interiorizado en 4-3-3 que llevaba usando desde la época de Roger Scmidt. El español no lo tocó: lanzó a sus laterales hacia arriba y juntó jugadores con calidad por dentro. El equipo se organizaba con una salida limpia desde los centrales. Tenía libertad para subir el balón dada la buena técnica de los mismos, sin descartar el balón en largo en ningún momento. El mediocentro -Keita en este caso- también ayudaba a esa salida liberando a los interiores, que en el momento de recibir aceleraban la jugada en línea de 3/4 para que los extremos o Soriano definieran. Era un equipo con mucho toque y con mucha movilidad. Todos los jugadores ofensivos tenían permiso para moverse por el campo, así Berisha o Lazaro podían aparecer por cualquiera de las bandas, desestabilizando las marcas y generándose espacios para que Soriano tirara desmarques y provocara ocasiones de gol. Con este estilo ganó Bundesliga y Copa con facilidad. Eran muy superiores a todos sus rivales.
Con el inicio de la temporada 2016/17 Òscar García cambió la táctica. Pasó a un 4-4-2 en el que explotó todavía más las virtudes de los jugadores. Con la aparición de Korand Laimer en el mediocentro, los salzburgueses ganaron un activo que sabía tanto defender como atacar. Laimer dio al equipo una estabilidad en el mediocampo. Corría tanto para arriba como para abajo. Recuperaba e iniciaba el juego. Con él, su acompañante en el centro del campo quedaba más liberado para llegar desde segunda línea. Ese hecho fue un elemento muy importante en este equipo, ya que los jugadores de banda, ya fueran los laterales -prácticamente carrileros- o los centrocampistas, llegaban mucho a línea de fondo y buscaban el centro rápido o la incorporación de la segunda línea. Así llegaron muchos goles del equipo de Òscar García, quien contó en su cuerpo técnico con los también españoles Rubén Martínez (asistente) y Enrique Sanz (preparador físico).

Òscar García ganó cuatro títulos durante su etapa en el Salzburgo Foto: As.com
Con la incorporación de un segundo delantero al ataque García ajustó el equipo para que uno de ellos se metiera entre los centrales y el otro tuviera gran movilidad. Minamino, Hwang o Wanderson realizaron grandes partidos y suplieron a la perfección la importante baja de Soriano.
Si tuviéramos que comparar a Òscar García con algún entrenador lo haríamos con Pep Guardiola salvando las distancias, por supuesto. Su RB Salzburgo, tanto con 4-3-3 como con 4-4-2, siempre buscaba salir jugando desde atrás e ir progresando mediante pases al hombre más cercano. El poseedor siempre estaba escoltado por dos jugadores libres que siempre se ofrecían en lo que podemos llamar un triángulo de posesión. En definitiva, el equipo de las bebidas energéticas desplegaba un buen juego, más vertical incluso que al que acostumbran los equipos de Guardiola. Ahora se le presenta un proyecto en la Ligue 1. Veremos cómo se ajusta a ella.