Españoles por el mundo
La transformación de Jesús Imaz

A pesar de que su posición predilecta sigue siendo la de mediapunta, el extremo catalán del Jagiellonia cuenta con un olfato goleador digno de los mejores delanteros. Su paso por Polonia está siendo excelente.
Jesús Imaz ha tenido la «mala suerte» de convivir en la Ekstraklasa con Igor Angulo y Carlitos López, dos bestias del gol que han acaparado gran parte de los focos durante las últimas dos temporadas. El catalán, sin embargo, se ha escudado en la regularidad para no ceder su trono español en Polonia: cuando los demás flojean él sigue ahí, marcando la diferencia semana tras semana.
Imaz llegó el 31 de agosto de 2017 a un Wisla Krakow que ya contaba con Carlitos López, Pol Llonch, Fran Vélez, Iván González y Julián Cuesta. En el banquillo estaba Kiko Ramírez. Fue el último español en firmar y también el último en marcharse: el bache económico del club de la ‘Estrella blanca’ propició que todas sus estrellas abandonaran el barco en el último periodo estival. Todas menos una.
Porque Jesús Imaz continuó en un equipo al que se echó a la espalda. Su primera temporada en Polonia había sido buena: ocho goles en 30 partidos jugando como mediapunta o extremo izquierdo, posición que aprovechaba para hacer diagonales que finalizaba con un disparo o intento de último pase. También llegó a jugar en la derecha, donde sí era habitual verle ganar línea de fondo y centrar. Pero es que la segunda la arrancó arrasando.
En un equipo repleto de jóvenes talentos, Jesús Imaz era el engranaje que lo hacía funcionar todo. Con total libertad para aparecer por cualquier parte del campo, el español llevó al máximo sus mejores cualidades. Conducción, visión de juego y un hasta ahora semi encubierto talento para el gol. Al primer toque además. Porque Imaz no se anda con chiquitas: cualquier acción suya en las inmediaciones de la línea de gol acaba con un rápido disparo a puerta. No es de extrañar, por lo tanto, que no haya necesitado marcar más de dos toques para marcar ninguno de sus 30 goles en Polonia.
Durante el pasado mercado invernal Jesús Imaz cambió de aires. Dejó atrás su etapa en el Wisla para marcharse al Jagiellonia, donde su olfato goleador se vio acrecentado. 10 goles en 14 partidos que le hicieron finalizar la temporada como cuarto máximo goleador de la Ekstraklasa. Jugando en dos equipos distintos y sin ocupar la posición más adelantada de su equipo. Al menos de manera habitual. Porque donde mejor se siente Imaz es en la mediapunta, pero la lesión de Patryk Klimala le llevó a jugar como delantero y los números fueron tan buenos -ocho goles en siete partidos- que su entrenador, Ireneusz Mamrot, no ha dudado en repetir la fórmula este curso.
La última vez frente al Wisla, precisamente el equipo que llevó a Jesús Imaz a Polonia. El español marcó tres goles de ‘9’ puro: el primero tras aprovechar un error del rival, el segundo después de un desmarque al segundo palo y el tercero tras cazar un rechazo en el área pequeña. Tres tantos que no celebró a pesar de convertirse en el primer jugador capaz de marcar un ‘hat-trick’ en Primera con el Jagiellonia. De aquel desconocido mediapunta que completó la ‘Armada española’ en Cracovia al voraz delantero que es hoy en día. ¿Podrá convertirse en el máximo goleador de la Ekstraklasa?