Españoles por el mundo
«Estaba pensando ‘madre mía, la acabo de cagar’ cuando miré y vi el balón dentro de la portería»

Jorge Félix, jugador del Piast Gliwice, relata a Migrantes del Balón cómo vivió el partido del pasado domingo frente al Jagiellonia. El español pasó de fallar una clara ocasión en el descuento a celebrar una victoria que podría llevarles a hacer historia.
Jorge Félix (Madrid, 1991) sabe que difícilmente volverá a vivir una tarde como la del pasado 12 de mayo. Su equipo, el Piast Gliwice, necesitaba ganar al Jagiellonia para continuar aspirando a la Ekstraklasa (Primera División polaca), pero un penalti convertido por Jesús Imaz en el 90′ igualó el marcador e hizo que sus aspiraciones comenzaran a diluirse como un azucarillo.
Pero claro, si el encuentro hubiese acabado 1-1 esta historia nunca habría adquirido tintes épicos. Segundos después Jorge Félix, que había sustituido a Gerard Badía, se quedó solo ante el portero del Jagiellonia, que se hizo gigante y atajó el lanzamiento. «Acabé en el suelo pensando ‘madre mía, la acabo de cagar‘», recuerda Félix, quien por lamentarse se perdió cómo su compañero cazaba el rechazo y hacía el 2-1. «De repente oí gritar a todo el mundo. Miré hacia la derecha y vi el balón dentro de la portería. Pensé ‘¿cómo puede ser gol? Es imposible, el rebote se ha ido lejísimos'». Y así fue. Jodłowiec aún no sabe cómo clavó esa volea en la escuadra.
2-1 y el partido aún sin terminar. Un nuevo penalti, provocado nuevamente por Sedlar, dio a Jagiellonia la oportunidad de volver a empatar en el 94′. En esta ocasión Jorge Félix ni pestañeó y así fue como vio a Szmatula estirarse para evitar el doblete de Imaz y mantener el 2-1 en el luminoso. «Los dos penaltis fueron claros. Sedlar, que para mi es el mejor del equipo, no tuvo su día, pero Szmatula estuvo enorme y se hizo un paradón en el segundo. Y el primero también estuvo cerca de pararlo», rememora Jorge Félix.
Cuando el árbitro pitó el final todo el Piast Gliwice se fundió en una piña. «No había vivido nada igual en mi vida. Fue increíble», recuerda Félix. «Algunos compañeros lo celebraron con lágrimas en los ojos. Era importantísimo ganar y de la manera que lo hicimos… Fue impresionante. Luego en el vestuario cantamos, bailamos… Es algo que no vamos a volver a vivir nunca», completa el español, que pudo participar en el encuentro gracias a que la Federación redujo la sanción que le impuso tras su roja de la jornada 32.
Las alegrías, sin embargo, no abandonaron Gliwice con el pitido final. El Legia, que jugaba más tarde, empató en casa ante el Pogon, lo que deja al Piast como líder en solitario a dos jornadas del final. «No lo pude ver pero lo seguí por internet. Ya no dependemos de nadie, tenemos que concentrarnos y ganar nuestros partidos», opina Jorge antes de viajar a Pogon, que «no se juega nada pero no va a regalarnos el partido», sentencia el español, que se encuentra a seis días de hacer historia.