Españoles por el mundo
Rafa Benítez: un parche que no logró contener el pinchazo del Newcastle
En junio de 2015, Rafa Benítez estaba a punto de iniciar un nuevo proyecto en Inglaterra. El West Ham llamó a su puerta y el técnico español planeaba dar el sí a los hammers y con ello regresar a la liga en la que más partido se sacó como técnico. Fue entonces cuando su vida cambió. Benítez recibió una llamada del Real Madrid, su casa, y el «no» era impensable. El madrileño llegó a Chamartín entre lágrimas, pletórico, y quizá fue aquel el único día feliz en su andadura como técnico blanco.
Ni prensa ni afición se sintieron identificados en ningún momento con un entrenador cuya filosofía no pasaba por divertir mediante el balón. La situación no facilitó que Benítez trabajara a gusto y esto se notó en alguna de sus decisiones. Condicionado desde el primer momento, con el miedo a defraudar como antifaz, las ratificaciones por parte del presidente no hacían más que confirmar que el final estaba cerca. La plantilla nunca comulgó con su técnico y, siete meses y un día después de su llegada, Benítez abandonó el club de su vida.
Dos meses después Benítez volvió a los banquillos
El amor de su vida tan solo le quería como amigo, pero el anhelo de Benítez por sentarse en un banquillo tan solo le mantuvo dos meses alejado del olor a césped recién cortado. El Newcastle le necesitaba. Querían salvar una nefasta campaña y darle a Benítez el timón de un histórico en horas bajas. Pero ni Rafa fue suficiente para evitar que las urracas cayeran a Championship. La victoria del Sunderland (3-0) ante el Everton consumó lo presagiado. No obstante, y a pesar del considerable fracaso, el trabajo de Benítez en el Newcastle no ha sido malo. La lucha por el descenso, en la mayoría de los casos, no entiende de valientes ni recompensa la calidad o el trabajo. En estos casos entran en juego muchos otros factores y, a pesar de que Benítez ha errado en algunas decisiones, la balanza podía haber caído del otro lado. Perfectamente.
En Newcastle las cosas no se hicieron bien desde el principio. Rafa Benítez tan solo fue el parche a una temporada vulgar que no logró contener el pinchazo. El técnico madrileño se encontró con un equipo hundido anímicamente a pesar de estar formado por grandísimos jugadores. Mitrovic, Ayoze Pérez o los holandeses Wijnaldum o Janmaat. Jugadores con calidad y futuro que serán relegados a Championship antes incluso de acabar la temporada.
Con Benítez el equipo puntuó y marcó más y recibió y concedió menos, pero el margen de error era demasiado escaso. Rafa ha pasado en un año de intentar superar al Barça a ver como el Sunderland le relega a segunda división. A pesar del descalabro, en Newcastle suspiran por la continuidad del técnico y la dimisión de la directiva. Benítez fue, es y será un gran entrenador. Quién sabe si este es el propósito que necesita: un proyecto a largo plazo cuyo primer objetivo será intentar volver a la élite. Empezar desde cero para olvidar cuanto antes su ‘annus horribilis’.