Uruguayos en el exterior
Las melodías de Rodrigo Bentancur

Rodrigo Bentancur será el encargado de liderar el mediocampo de la selección charrúa contra Colombia y Brasil tras la baja de Fede Valverde
Uruguay es un país de muchos matices musicales. La murga, el candombe, el tango, la milonga y los cantos populares conviven con ritmos tan dispares como blues, jazz, bossa nova y rock que evidencias las influencias históricas que ha tenido nuestra cultura durante siglos.
Pero eso no pasa en el fútbol, donde somos una tierra de pocos cambios. Tradicionalmente, el centrocampista charrúa ha cumplido con ciertos rasgos que lo hacen reconocible y todo lo que no se asemeje a ello siembra dudas entre el público mayoritario.
Lo cierto es que si Rodrigo Bentancur fuese un género, sería sin dudarlo la música clásica. Su juego está lleno de matices, con un tempo, ritmo, altura y manera de ejecutar diferente del resto. Es por ello que en Uruguay, que futbolísticamente hablando prefiere el Rock & Roll, no se valoran aún del todo sus melodías.
El coloniense tiene solo 23 años, ya es titular en uno de los clubes históricos del fútbol europeo y es uno de los centrocampistas de mayor proyección del mundo. En 2018 llegó a la Juventus de Turín procedente de Boca Juniors, el único equipo profesional en el que se formó, para rápidamente ser una pieza importante.
La temporada pasada fue uno de los hombres más utilizados por Maurizio Sarri. Se ganó la consideración de indispensable, y puede presumir de haber jugado 118 partidos con la Vecchia Signora. El arribo de Andrea Pirlo al banquillo juventino no cambia la ecuación, ya que Lolo continúa siendo imprescindible.
Con respecto a su trayectoria en la selección uruguaya, Rodrigo Bentancur es una de las piezas clave para Óscar Washington Tabárez. El de Nueva Helvecia forma una pareja muy reconocible con Fede Valverde, en ocasiones jugando solos y en otras acompañados. En total, son 31 encuentros defendiendo a la Celeste en los que se incluyen el Mundial de Rusia 2018 y la Copa América del año siguiente.
Pese a esta larga lista de méritos, lo cierto es que suele ser uno de los señalados cuando los resultados no son positivos. Puede que sea porque es más fácil apuntar con el dedo al talentoso, al que está capacitado para cambiar el desarrollo de un choque con un solo pase. Aunque, la verdad es que en ocasiones se crea una imagen de él que no corresponde con la realidad.
Rodrigo Bentancur es un futbolista que no se parece a lo que estamos acostumbrados a ver en Uruguay, más aún en el centro del campo. Un mediocentro con porte europeo, elegancia hasta para trotar y que desprende clase cada vez que entra en contacto con la pelota. Pero no por ello es menos esforzado, de hecho es de los jugadores con mayor carga de kilómetros de la Celeste.
«Rodrigo Bentancur es rehén de un sistema y un estilo que no le beneficia»
El ‘6’ es rehén de un sistema y un estilo que no le beneficia. Aún así, su balance en la selección es más que aceptable. No se siente cómodo jugando tan atrás y es verdad que ha quedado retratado en alguna ocasión por sus problemas defensivos, como ante Ecuador hace solo un mes.
Jugando como mediocentro más retrasado, con la obligación de anclarse en campo propio, no la pasa bien. No saca a relucir sus mejores armas, incluso se le ve algo pasivo en el retroceso y abusa de las faltas innecesarias que suelen costar tarjetas amarillas.
Esto es totalmente evitable. Hay jugadores del perfil de Mauro Arambarri y Lucas Torreira que están capacitados para escudar a Rodrigo Bentancur y permitirle brillar. Con la baja de Fede Valverde, ahora todo hace indicar que Tabárez le va a brindar las herramientas necesarias para desplegar su mejor fútbol.
Sus registros son variados, destacan su capacidad para superar líneas de presión a través de pases o conducción, su implicación en las fases de creación, construcción e incluso finalización (cuando se lo permite el sistema) y su notable último pase, que ha sacado relucir jugando en las cercanías del último tercio rival.
En un contexto adecuado puede ser el tan ansiado nexo entre la delantera y el resto del equipo que le falta tantas veces a Uruguay. Sus mejores días en la selección se vieron más adelantado, como ante Portugal en el Mundial 2018. Su llegada al borde del área y ese pase a Edinson Cavani seguramente estarán en la retina de todos.
Pocas veces se le han propiciado las herramientas idóneas para brillar en la selección, la mayoría de las veces ha sido relegado a roles en los que no destaca. Por ello, Rodrigo Bentancur es seguramente el jugador al que le cuesta más adaptarse a la idea de juego de Uruguay.
El de la Juve es un arquitecto de lujo. Limitarlo a romper muros y colocar bloques no beneficia a nadie. Su labor debe ser la de guiar a la Celeste, construir a través de la pelota y dirigir con su talento los engranajes de la selección uruguaya.
Es un jugador contracultural, por eso se divide aplausos y críticas en un país de costumbres al que le resulta chocante el cambio. Mas, en este caso, la transformación es sinónimo de evolución. Rodrigo es el jugador más capacitado para dirigir con balón y sin él, no hay dudas sobre ello.
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